Conoce los efectos del desorden en tu mente

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Libros apilados en el suelo, revistas o DVDs que
desbordan los estantes y parecen infinitos, platos superpuestos de cualquier
manera en la alacena, ropa que cuelga del guardarropas hacia afuera… ¿el
desorden es un problema para ti? Si tu casa es un desastre, pero eliges
restarle importancia a su desorganización, ahora querrás hacerte cargo de ella.

 

Desde que la serie ¡A ordenar con Marie Kondo! llegó a
Netflix, se despertó una gran preocupación por el desorden y el exceso de
objetos en nuestras casas. El método KonMari, de la japonesa Marie Kondo, tiene
como objetivo deshacerse de todo lo que no «despierte la felicidad» en tu
interior, sea ropa, papeles u objetos con valor sentimental. Ordenando como
ella, en cajas y por secciones, y desprendiéndote de gran parte de tus
pertenencias, puedes hacer mucho espacio en tu hogar… y en tu mente.

 

Los efectos del desorden en tu cerebro: desde estrés
hasta impulsividad

 

Además de dejar la casa más prolija y cómoda, ordenar
puede tener un efecto en tu salud mental. La psicología se ha dedicado a
investigar el efecto del desorden a través de varios estudios científicos, por
lo que se puede afirmar que el método de Marie Kondo tiene un fundamento
sólido. Desde provocarte estrés hasta nublar tu juicio, el desorden tiene
efectos negativos en tu cerebro.

 

Te abruma con su exceso de estímulos

 

Los espacios desordenados pueden darnos ansiedad y
hacernos sentir abrumadas por la cantidad de cosas que están en nuestro campo
visual y que nuestro cerebro (en concreto, la corteza visual) está intentando
ordenar y categorizar, sin que nos demos cuenta. Sherri Bourg Carter,
psicóloga, explica a Psychology Today que si no hay un sistema que clasifique
el desorden, este bombardeará nuestro cerebro con un exceso de estímulos
visuales, olfatorios y táctiles en los que deberá trabajar en exceso para
identificar.

 

Aumenta tus niveles de estrés

 

Si te parece que todo el desorden está creando un caos
también en tu cabeza, no estás tan equivocada. Hay un vínculo comprobado entre
vivir entre el desorden y tener niveles elevados de estrés. Un estudio
realizado en 2010 descubrió una relación entre la exposición prolongada a
espacios desordenados y el aumento en los niveles de estrés hacia las horas de
la noche, cuando debería disminuir.

 

La investigación tuvo como sujeto de estudio a 30 parejas
heterosexuales casadas. El estrés se observaba en especial en mujeres, cuando
ellas hacían la mayor parte de las tareas del hogar. En los casos en que los
hombres completaban la mayoría de las tareas, ellos también tenían niveles más
elevados de estrés hacia el final del día. Es enfrentarse al desorden y nadar
en él lo que nos provoca estrés.

 

«El desorden está en el ojo del espectador. Las personas
que más hablaban de él eran las que tenían la respuesta elevada de cortisol [la
hormona del estrés]», dijo la autora principal del estudio, Darby Saxbe, para
The New York Times. No es sorpresa que la persona que más debe enfrentarse al
desorden sea la que más se estresa por él.

 

Como podemos ver en su serie, el método de Marie Kondo ha
ayudado a que muchas parejas se unan más y comiencen a encargarse los dos de la
organización del hogar, e incluso muchas veces incluir a sus hijos en esta
tarea: cuando todos trabajan como un equipo para mantener el orden, la carga se
hace más liviana.

 

Te estimula a procrastinar más

 

Demasiados objetos en la corteza visual te distraen y te
hacen tomar decisiones y cancelarlas inmediatamente: ¿deberías, primero,
ordenar esto, o cambiar aquello de lugar, o llevar eso a donde va, o tomar ese
libro y leerlo, o encender la televisión, pero dónde está el remoto…? Un
estudio de 1998, conducido por el servicio de salud estadounidense, comprobó
que demasiados estímulos en la corteza visual «se cancelan»: si al cerebro se
le muestran demasiados estímulos a la vez, la respuesta a cada uno es más débil
que si se le muestra un estímulo a la vez.

 

Esto quiere decir, básicamente, que cuanto más desorden
tengas en tu hogar, más te costará tomar la decisión de arreglarlo. Esta tiene
que ser una decisión consciente y planificada, y te puede llevar semanas. Pero
si ya lo tienes todo ordenado, y uno o dos estímulos te están diciendo que hay
objetos fuera de lugar, utilizarás el momento en que lo veas, y no otro, para
acomodar todo. Lo mismo sucederá con otro tipo de tareas.

 

Te hace gastar más

 

¿Tienes un apego a mirar tus páginas favoritas de compras
en Internet y a confirmar más compras de las que deberías? Puede ser por el
ambiente que te rodea. En un estudio realizado en 2014 por la Universidad de
Chicago, las personas que tomaban decisiones de compras en cuartos desordenados
tenían más posibilidades de decir que sí comprarían algo que no necesitaban,
comparadas con otro grupo al que se le indicó tomar estas decisiones en un
lugar más ordenado.

 

De acuerdo a los resultados de la investigación,
«esperamos que si un individuo crea un ambiente desordenado, su entorno va a
ser más agotador mentalmente; esto llevará a un sentido disminuido del control
personal», dicen los autores.

 

Esto puede deberse a que el juicio se nubla en ambientes
cargados de objetos; la confusión que la acumulación de objetos causa en
nuestra mente afecta nuestros protocolos de decisión. Esto fue demostrado por
un estudio de 2006, que comprobó que, cuando nos rodeamos de objetos, no solo
tendemos a expresar juicios erróneos, sino que lo hacemos con toda la confianza
del mundo. Cualquier decisión que vayas a tomar, sea algo tan mundano como
comprarte ese par de medias o algo tan importante como separarte de una pareja,
es mejor que la tomes en un espacio ordenado.

 

El apego a tus objetos te está lastimando: cómo crear un
hogar que infunda paz

 

Si bien estar rodeadas de objetos puede hacernos sentir
cómodas y como en casa, el exceso de objetos puede convertirse en abrumador
para muchas personas. Un estudio realizado en 2016 por el profesor de
psicología Joseph Ferrari comprobó que, mientras que tener algunos objetos a
los que tenemos apego es la clave para crear un hogar cómodo, la
superabundancia de objetos puede hacernos sentir estresados.

 

«Es el peligro del desorden, el hecho de que la totalidad
de nuestras posesiones sea tan abrumadora que carcome nuestro bienestar, nuestras
relaciones y mucho más; nos ahogamos en un mar de cosas», explicó el autor para
Science Daily.

 

Él y otros psicólogos tienen más consejos para mantener
un hogar ordenado. Según Marie Kondo, cuando ataques el desorden en tu hogar,
debes comenzar por lo más fácil. Para ella, el orden es: ropa, libros, papeles,
objetos varios, objetos de valor sentimental; pero el orden puede ser
personalizado para cada uno, según lo que sea más fácil poner en su lugar y de
lo que sea más sencillo desprendernos.

 

Si bien la japonesa anima a sus clientes a sentir una
prenda en las manos y evaluar si «despierta la felicidad», la psicóloga Saxbe
tiene una idea distinta. Explica para The New York Times que si vas a
deshacerte de algo, es mejor no tocarlo. «Consigue a alguien más para que
sostenga ese par de pantalones negros y te pregunte “¿necesitas esto?”. Una vez
que tocas el objeto, es menos probable que te deshagas de él.»

 

Otra opción es hacer un esfuerzo consciente por adquirir
menos: este es el consejo del doctor Ferrari, que argumenta que lo que más
acumulamos es lo que menos necesitamos: «nos han dicho que nuestros deseos son
necesidades», dijo para el periódico estadounidense.

 

Saxbe tiene un último consejo: imaginar los objetos en
nuestra casa antes de comprarlos. «Una vez que está en la casa, es muy difícil
enfrentarse a él [el objeto]. Te apegas a todo lo que posees», explicó.