CIUDAD DE MÉXICO.
En menos de una semana hubo tres ingresos masivos de
migrantes a San Diego.
En un primer ingreso, familias de migrantes
centroamericanos se metieron entre los barrotes de diez metros de altura que
separan a Imperial Beach, California, del vecindario de Playas de Tijuana.
Mientras el tramo se reforzaba con planchas de metal
perforadas, que permiten a los agentes ver hacia territorio mexicano, otra
docena de migrantes ingresó a toda carrera para detenerse en la playa de
Imperial Beach a entregarse a la Patrulla Fronteriza y así pedir asilo.
Luego otro grupo de unas 35 personas trepó los barrotes
de 10 metros de altura y cruzó por arriba hasta pisar California.