Los últimos meses no han sido nada fáciles para la mítica
marca de lencería, Victoria»s Secret. Sus ventas no han parado de caer e
incluso varios locales han cerrado sus puertas en Estados Unidos.
La razón es bastante simple. Tras décadas de alabar la
delgadez y los cuerpos tonificados y esbeltos como los únicos que describen
cómo son las mujeres, llegó la hora de poner pausa para siempre a los
estereotipos y darle la bienvenida a la diversidad.
Y en ese camino de buscar la aprobación nuevamente del
público femenino, presentó una colección que suponía ser inclusiva. Pero nada
de eso: terminó pareciendo una burla.
La «modelo inclusiva»: Barbara Palvin
La modelo húngara, Barbara Palvin, fue la encargada de
lucir los últimos trajes de baño, pero… ¿adivinen qué? Lo que menos
encontramos en estas modelos es el cuerpo real de una mujer. Con la excusa de
que la joven posee curvas gracias a su cadera, Victoria» s Secret considera que
ha llegado a convertirse en revolucionario y menos discriminatorio.
Pero lamentablemente el cuerpo de Barbara no incluye la
diversidad de cuerpos que los movimientos de mujeres reclaman ni mucho menos.
Porque más allá de que Palvin posea un cuerpo más curvilíneo no deja de tener
una talla número 2, medir más de 1,70 y representar los estándares de belleza
que ellos promulgan desde que nacieron como marca.
«¿Esto es ser «plus size»?»
El malestar ya se hizo a sentir en las redes sociales,
donde las mujeres reclaman a Victoria»s Secret la inclusión de modelos
verdaderamente plus-size y aceptar lo positivo del cuerpo femenino en todas sus
formas.
