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Liberan a capitana detenida por rescatar a 40 migrantes

La capitana del barco de
la ONG Sea Watch, Carola Rackete, fue hoy puesta en libertad después de ser
arrestada en Italia por llevar sin permiso a 40 inmigrantes que había salvado
en el Mediterráneo central al puerto italiano de Lampedusa (sur).

 

Una decisión, la de la
justicia italiana, que ha suscitado inmediatamente la ira del ministro del
Interior, Matteo Salvini, autor de la política de puertos cerrados a las naves
de las ONG y que no se había cansado de pedir cárcel para la activista.

 

La joven de 31 años estaba
acusada de los delitos de resistencia o violencia contra nave de guerra y de
intento de naufragio por haber chocado contra una patrulla de la Guardia de
Finanzas (policía de fronteras italiana) durante la operación de atraque, cuando
llevó a los inmigrantes a tierra.

 

Fue arrestada en la
madrugada del sábado y hoy la jueza de Agrigento, Alessandra Vella, no
convalidó la detención y rechazó ese delito, hasta el punto de que sostiene que
actuó cumpliendo «un deber», el de salvar vidas en el mar, según
recogen los medios.

 

El 12 de junio la ONG
alemana rescató 53 inmigrantes frente a las aguas de Libia, de los que trece
fueron desembarcados días después por razones médicas, y el resto se quedó en
un limbo a la deriva, pues ningún Estado ribereño abría sus puertas al barco.

 

Sin embargo, el 26 de
junio la capitana decidió entrar sin permiso en aguas territoriales de
Lampedusa, y por ende de Italia, violando la prohibición de Salvini, aunque no
llegó a tierra porque fue interceptada primero por la Guardia de Finanza
(policía fronteriza).

 

Tres días después, en la
noche del 29 de junio, la capitana llegó finalmente sin permiso al puerto de
esa isla, pese a la prohibición de los agentes, y atracó en uno de sus muelles,
golpeando levemente a una embarcación policial durante la maniobra.

 

La activista fue entonces
arrestada y, durante el interrogatorio, aseguró que entró por necesidad, ya que
la situación que se vivía a bordo era insostenible, y que en ningún caso quiso
chocar con el barco de la Guardia de Finanza.

 

Algo negado por el fiscal
de Agrigento, Luigi Patronaggio, quien cree que la colisión fue
«voluntaria», que los inmigrantes presentaban aparentes buenas
condiciones y que la capitana podría haber esperado a que Italia aprobara su atraco,
una vez que lograra un acuerdo para la distribución de los inmigrantes en
Europa.

 

Tras conocerse su
liberación, rápida ha sido la reacción de Salvini, que ha dirigido una crítica
velada a la magistratura y ha apostado por expulsar a la activista por
considerarla «peligrosa para la seguridad nacional».

 

Para la justicia italiana
ignorar las leyes y golpear una nave de la Guardia de Finanza no son motivos
suficientes para ir a la cárcel. Ningún problema. Para la comandante criminal
tengo preparado una orden para expulsarla a su país», avanzó el ministro.

 

Y agregó: «Regresará
a su Alemania, donde no serían tan tolerantes con una italiana que atenta
contra la vida de policías alemanas. Italia ha levantado la cabeza, estamos
orgullosos de defender nuestro país y de ser diferentes de otros líderes
europeos que creen que nos pueden tratar como una colonia».

 

El Ministerio del Interior
detalló que el prefecto de Agrigento ya ha dispuesto que Rackete sea expulsada
de Italia acompañándola a la frontera, una medida que aún debe ser aprobada por
las autoridades judiciales.

 

Y que a buen seguro no
podrá ser ejecutada antes del 9 de julio, fecha en la que la activista tiene
que someterse a un interrogatorio por la investigación que le mantienen abierta
por el delito de favorecer la inmigración irregular.

 

La propia organización
humanitaria expresó su alivio a través de las redes sociales: «No había
motivos para su arresto, ya que aquí la única irregularidad era hacer cumplir
los derechos humanos en el Mediterráneo y asumir la responsabilidad en lugar de
los Gobiernos europeos», tuiteó.

 

Pese al afán de Salvini de
desterrar a las organizaciones humanitarias del Mediterráneo, estas perseveran
en su misión de salvar vidas y con la ausencia de Sea Watch han llegado la española
Proactiva Open Arms y la también alemana Sea Eye.

 

Pero el ministro
ultraderechista avanzó que en caso de rescatar algún inmigrante y de querer
llevarle a suelo italiano, les espera la misma suerte, y avisó de las
consecuencias, como multas, incautaciones y arrestos que conlleva desobedecer a
las autoridades.

 

Qué España los haga volver
o, de lo contrario (obviamente con buenas maneras), lo haremos nosotros»,
refirió en declaraciones a la prensa, en alusión a Proactiva.

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