Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
Cualquier mujer –y hombre- con reclamo legítimo de
auxilio, igualdad y justicia, encontraría que la diputada Wendy Briceño Zuloaga
tiene una peculiar forma de entender el feminismo, y de medir y repartir responsabilidades
en los feminicidios.
Esta mujer legisladora que se desgarra en defensa de sus similares en potencial
peligro y que promueve la equidad de oportunidades, casualmente enfoca su protesta en la “nulidad” de los gobiernos estatales.
El cacareado feminismo de Wendy Briceño es muy
conveniente, más bien algo machista.
Esto, si se considera su denodado esfuerzo por matizar
cuando se refiere al Presidente, un hombre que las desdeña por una rifa, pero
atiza para hacer creer que la culpa es mayormente de la Gobernadora, una mujer
que se ha solidarizado en los hechos, más allá del natural discurso.
Lo de Wendy más que esperable es sintomático, tanto como
un cachito de la explicación que
luego pide este segmento cuando la sociedad abrumada desestima y reprocha la
virulencia de este tipo de movimientos sesgados y oportunistas.
Una feminista promedio, explotaría de coraje al
contemplar que la diputada por circunstancia de Hermosillo protege al
Presidente de la República hombre y ataca a la Gobernadora del Estado mujer. Y
por una lógica no de género, partidista.
Una feminista genuina y honesta, de las que sí hay y son
absolutamente respetables, le dedicaría toda su contenida ira a esta mujer
legisladora, con influencia en el partido gobernante, incapaz de ver por las
suyas por agradar y proteger a quienes las oprimen e ignoran.
En entrevistas, Wendy Briceño declara suavecito que la
actuación del Gobierno Federal ha sido insuficiente, hasta ahí; pero que es
peor no escuchar un posicionamiento enérgico por parte de la gobernadora Claudia
Pavlovich…
¿Qué importan presupuestos recortados y que la emergencia
sea claramente nacional, sin distinción de partidos y niveles de gobierno? ¡A
ella no le cae el veinte de que Morena gobierna y legisla casi todo!
A esta diputada federal parece no interesarle que todos
los días se violenten mujeres y que los asesinatos de estas no disminuyan al
grado aterrador de alcanzar a niñas como Fátima, sin que desde Palacio Nacional
se atine a presentar un plan medianamente sensible y estructurado.
Lo de ella es el “silencio”
de la Gobernadora –que nunca ha estado callada- o que no anda marchando y
pintando bardas, como si en la limitada participación estatal se encontrara la
solución a una crisis que ellos mismos subestiman y desprecian.
Wendy Briceño tiene una visión un tanto neoliberal, por nociva,
disciplinada y obsoleta.
Caray, esta modalidad de feminismo es muy chistosa: para
ciertos temas la responsabilidad es global, nacional, estructural, cultural, de
educación; pero para lo que les trastoca sus granjas de feligreses y afecta sus
pastores políticos, se bajan a la aldea para sacudirse la culpa.
Wendy es una feminista muy neoliberal y machista.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Correo:
rodrigosotelo@masmedio.com
Twitter:
@masmedio
