“Ya no es como al principio, te lo juro, ya me da miedo, no sé por qué. Son videos tan divertidos, pero ahorita estamos viviendo momentos muy difíciles, y entonces me da miedo porque no quiero que la gente vaya a pensar que mientras están sufriendo yo estoy jugando. En este momento hay unos muy buenos videos que quiero hacer pero no todavía, ahorita la gente a lo mejor está sensible”, comentó.
Tal ha sido su éxito que hasta la plataforma se ha dado a la tarea de buscarla para hacer algo juntos.
“Empecé a recibir muchos llamados, incluso para que fuera a la oficina de Tik Tok, se volvió muy padre, pero se detuvo todo a raíz de la pandemia, ahorita todo quedó en pausa”.
Curiosamente, dice, los Tik Tok que le gustan no son precisamente los favoritos de la gente, y al revés.
“Me gustó mucho uno que hice de con quién pasarías un fin de semana, y luego el del negro. Lo que más le gusta a la gente son los que no están ensayados, los que me han tomado rápido o en los que yo estoy menos maquillada, si lo ensayas mucho no sale”.
Érika, que también tiene un canal de YouTube de cocina que ha dado resultados positivos, atribuye este éxito a que no tiene pena en decir “palabrotas”. Su hijo, Nicolás, al principio compartía sus videos, luego quería hacer muchos con ella, pero ahora la deja que se desenvuelva.