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#LaColumna: ¿Voto de confianza o derecho a exigir?

Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio

No hay frase más simplona y entregada, que la que se
expresa deseando parabienes al gobernante que debuta, con la fingida ilusión de
que en automático también le irá bien a sus gobernados.

Hay, incluso, quienes en un abuso de la zalamería
encomiendan a Dios al mandatario entrante y a todo su equipo de trabajo recién
integrado…

Estos saludadores de cada tres y seis años se asemejan
-¿o son los mismos?- a los que revientan de optimismo al felicitar la
designación “histórica”, “inédita” de jóvenes y mujeres en cargos públicos
de jerarquía.

O a los que concluyen la ociosa felicitación invitando a
entregar nuestro voto de confianza.

Los aplaudidores de ocasión que acuden a estas rastreras
prácticas de succión, no dimensionan el daño que les hacen a los funcionarios
de los nuevos gobiernos.

A los secretarios, subsecretarios y directores que llegan
con Alfonso Durazo no se les debe ofrecer ningún voto de confianza, a ellos –como
al propio gobernador- hay que exigirles hasta lo más mínimo y desde el primer
minuto.

Es un derecho que todo ciudadano tiene al cuestionamiento
y al escepticismo, manifestado en el hartazgo al sistema prianista que –precisamente- hizo posible que Morena instalara la Cuarta Transformación en Sonora.   

Como no es función del periodista o medio de comunicación
reconocer, congratularse o llamar a la benevolencia, solo porque se inaugura un
régimen o antecede la voracidad del PRI Gobierno y menos cuando existen
prioridades que no permiten más derroches y frivolidades.

Y si se trata de un joven, de una mujer o de un híbrido
del progresismo, ya será accesorio que sirva, tal vez, a la estadística de los
que han crecido con la ambición de que se premie la inexperiencia o la incompetencia.

Esa generación de los derechos, pero sin méritos y sin
responsabilidades.

Pocos lo recuerdan, pero ya con Eduardo Bours se les dio
oportunidad a los jóvenes con la promocionada Sub 17 que solo concentró privilegios y fabricó más dinosaurios
políticos.

Con Guillermo Padrés tuvieron su momento los opositores
más modestos y ordinarios, pero hasta de esposa cambiaron.  

Con Claudia Pavlovich se empoderó a una mujer y ya vimos
cómo dejó desfondado el estado y salió por la puerta de atrás (igualito que
Padrés), con la cola entre las patas.

Así que maren de
papar
con la euforia y empiecen a dar y exigir resultados.

Para
el secretario Aarón Grageda:

En este sentido, no son pocos los problemas heredados que
hacen crisis y que pueden estallar en las manos de los secretarios de la Transformación.

No sabemos hasta dónde está enterado el nuevo secretario
de Educación estatal, pero debe saber que, desde que se simuló el regreso a clases
presencial, hay una mayoría de escuelas de educación básica que aún no reanudad
actividades.

No solo porque para lo presencial no se prepararon y
abandonando –intencionalmente- la alternativa a distancia (las escuelas no
tienen internet); ocurre que ¡hay grupos que no tienen ni docente asignado!

De ese tamaño la negligencia del anterior secretario
Víctor Guerrero, equivalente a la responsabilidad que ahora enfrenta Aarón Grajeda.

A ver
si como roncan, duermen  

Por cierto, así como el señor Grageda que ya antes participó
en consejos y organismos decorativos del poder en turno, no encontramos
explicación racional a la extraña fascinación que a éstos les produce
convertirse en parte de los gobiernos.

¿Qué impulsa a estos prestigiados personajes de empresa,
de la academia o de la sociedad civil a ensuciar su trayectoria con un seguro
señalamiento de ineptitud, corrupción o complicidad?

Esta inocente duda le compartimos a un candidato que lamentaba
y se quejaba por las condiciones de la ciudad y las finanzas con las que,
invariablemente, se recibía el Ayuntamiento.  

¿A
quién en su sano juicio se le ocurre pelear una alcaldía si, como dicen, no les
alcanza ni para pagar quincenas y, además  les acaba la carrera política?
,
preguntamos mordazmente.

Lo mismo ocurre con quienes abandonan la crítica a los
gobiernos que les permitió notoriedad, para ser parte de esos mismos gobiernos
que nunca cambian.

Es el caso de Guillermo Noriega, ahora contralor del
gobierno del Estado. O el de Manuel Emilio Hoyos, que trasciende asumirá la
jefatura de la Policía Municipal.

Luego se ven muy chistosos ocultando datos y apelando a
percepciones y subjetividades, cuando ellos ascendieron a base de pedir
renuncias y propagar estadísticas.

¿O será que no hemos entendido que el activismo social es
la forma más efectiva de agradar y llegar al gobierno?  

Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.

Rodrigo
Sotelo Mendívil

Director
General Masmedio

Twitter:
@masmedio

Correo: rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com

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