Conoce aquí las noticias que acontecen en nuestro país
Las mujeres entrelazan sus brazos y danzan al ritmo de los
cantos y de una sonaja, los hombres formados en hilera lo hacen en círculo, al
compás del violin y la guitarra, juntos celebran el Yúmare.
Pero el Yúmare no es cualquier celebración, sino la principal
fiesta de Los Pimas, que enclavados en lo alto de la sierra de Yécora, piden por
un buen ciclo agrícola.
Por primera ocasión, autoridades de Delegación Sonora de la
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, encabezados por
José Luis Germán Espinoza, atestiguaron esta ceremonia.
Comida, bebida, danzas, cantos y el Altar a la Santa Cruz
fueron los elementos principales de esta fiesta tradicional, celebrada en El
Encinal, uno de las 13 comunidades Pimas, donde se distribuyen los 900 integrantes
de esta etnia.
El Yúmare fue motivo para reunir a la mayoría, llegaron desde
El Kipor, Maycoba, Los Alisos, Cieneguita, La Dura, Juan Diego, Agua Fría, El
Encinal II, a venerar a sus Dioses y a pedir por una buena cosecha.
Son tres veces al año que Los Pimas celebran el Yúmare, el
primero en marzo para pedir permiso a los Dioses del clima para trabajar la
tierra; el segundo, en octubre, para pedir por una buena cosecha, y el tercero
a finales de año para agradecer los favores recibidos y pedir que les vaya bien
en el siguiente.
Rezaron para tener una buena cosecha de maíz, frijol y
algunas hortalizas que siembran para autoconsumo y para venta en el mercado
local.
El lugar de la celebración fue el más aislado que se encontró
en El Encinal, alejado del paso de automóviles y de distractores de su objetivo
principal: rendir culto a sus tradiciones durante tres días, aguantando el frío
que en estas fechas ya cala en Yécora, la oscuridad y los peligros fortuitos
que significa pasar las noches y los días en el bosque.
Pero eso no importó, mucho menos perturbó, la ceremonia
inició con el sacrificio de una vaca, que fue su alimento los días que duró, y
cuya sangre fue utilizada para santiguar el lugar.
El Gobernador tradicional José Antonio Coyote Jimenez, la
Regidora Etnica María Dolores Duarte Carrillo y autoridades Pimas de las
comunidades vecinas de Chihuahua encabezaron esta ceremonia.
Enmarcados por los 24 sones tradicionales entonados por
músicos Pimas que trajeron de Chihuahua, los hombres se formaron uno tras otro
para danzar en un círculo, mientras las mujeres entrelazaban sus brazos, y
danzaban hacia el altar y de regreso.
Y mientras esto sucedió en las tres noches, en el día
descansaban, rezaban, disfrutaron ricos platillos cocinados por las mujeres de
la etnia como menudo y cocido, acompañados de café colado y tortillas de maíz
hechas a mano. Todos se unieron, niños, jóvenes y adultos.
La preservación de las tradiciones es una realidad en la que
participan familias enteras; ni el frío ni el desvelo parecieron tener
importancia aquí, donde el ritual incluyó dar de comer y beber primero a los
niños, quienes también hicieron fila para degustar un vaso de tezgüino, la
bebida hecha con maíz fermentado, reposado en varias ollas y tambos de plástico
por diez días.
Le siguieron los adultos, todos frente al altar; nadie le hizo
el feo, a pesar de su agrio sabor, por el contrario, una vez dado a probar a
todos los presentes, se colocó en cantidad suficiente a los músicos, y siguió
la repartición.
A nombre de las familias Pimas, el Gobernador Coyote Jimenez
y la Regidora Duarte agradecieron al
Delegado de la CDI su presencia, por ser la primera vez que una autoridad
federal los visitaba, y por el apoyo recibido para hacer esta celebración.
Además, le plantearon diversas necesidades de sus comunidades,
como es la rehabilitación y ampliación del sistema de agua potable en Maycoba y
La Dura; apoyo para compra de ganado y un proyecto de cabañas para rentar, así
como un albergue en El Kipor para que los niños no tengan que caminar largas
distancias en tiempo de frío.
En respuesta, José Luis Germán se comprometió a dar
seguimiento a estas peticiones, principalmente el proyecto del albergue, para
beneficio de los estudiantes.
“Voy a estar en contacto permanente con ustedes, apoyándolos,
buscando no solamente que preserven sus tradiciones, sino que mejoren su
calidad de vida”, aseguró.
Los 68 niños que atiende el comedor de la CDI en El Kipor
también lo acompañaron en esta visita, platicaron con él y le agradecieron tener
alimentos todos los días.
Previamente, el Alcalde Isaul Holguin Valenzuela le expusó el
problema de falta de agua en la comunidad de Maycoba, para lo cual acordaron
realizar un proyecto en conjunto Ayuntamiento y CDI, que permita dotar del
vital líquido a esta comunidad.